Inspiración deco con un hotel con encanto en Tánger

Hoy quiero compartir aquí una escapada de fin de semana a un hotel con encanto en Tánger con mucho estilo, que sirve de inspiración deco y que quiero que conozcáis. Siempre había tenido muchas ganas de visitar Tánger, que está muy cerca de Málaga, y al que aún no había tenido ocasión de ir.

He de decir que me ha sorprendido y ha mejorado mis expectativas, incluso desde el punto de vista decorativo. La cultura árabe y sus elementos característicos me parecen fascinantes y creo que pueden aportar un toque muy interesante cuando mezclamos estilos en la decoración de casa, algo que como ya sabéis me encanta.

Por eso quiero compartir aquí un lugar inspirador, un pequeño hotel en el que me alojé durante mi estancia y que os recomiendo si tenéis pensado hacer una visita a Tánger. Se llama Maison Blanche y está ubicado en un riad del corazón de la Kasbah, situada al oeste de la medina. Es un establecimiento muy pequeñito pero lleno de encanto, que escogí porque prefería quedarme en la propia Medina y disfrutar de la esencia de Tánger antes que en un hotel grande de las afueras.

Su propietaria es española, se llama Pilar y es encantadora. Desde el primer momento que puse un pie en el hotel me cautivaron los olores, una exquisita esencia de azahar que, por supuesto, tuve que ir a buscar para traérmela de recuerdo.

Los suelos del edificio eran de barro rústico con cenefas en color verde esmaltado, con un patio central en el que destaca una coqueta fuente, elemento primordial dentro de una vivienda en la cultura árabe, y cuya visión se aprecia desde cualquier planta, ya que está situada en el centro del perímetro de las habitaciones.

Las habitaciones eran todas diferentes, cada una con el nombre de un personaje y con decoración y detalles distintos. La mía estaba decorada con detalles pintados a mano en la cornisa en color amarillo e incorporaba el mismo color en el suelo del baño.

La madera está muy presente en toda la decoración del hotel, ya que tanto las puertas como las barandillas interiores y la de la terraza están hechas de este material, incorporando un rico tallado y un exquisito trabajo, especialmente en el caso de las puertas.

La planta baja tenía dos estancias que invitaban a sentarse y a relajarse dejando a un lado el bullicio de la ciudad, una de ellas resguardada bajo dos arcos de medio punto,con sillones tapizados en color rojo y paredes enteladas en el mismo color, en la que se ubica también una acogedora chimenea para los días de frio.

En la zona alta del hotel me gustó especialmente esta otra estancia con asientos en tonos verdosos, con paredes y techos exquisitamente decorados con pinturas y vigas blancas a la vista. Mezcla estilos con elementos y decoraciones típicamente árabes con sillones e iluminación de estilo vintage, logrando un efecto muy acogedor.

El hotelito tenía  en el ático una agradable terraza para desayunar, en la que el primer día nos dieron la bienvenida con el tradicional té moruno que degustamos mientras divisábamos todo Tánger.

Es una ciudad sorprendente, llena de colorido y de detalles visualmente interesantes y en la que, por supuesto, he ido buscando cositas para compartir con vosotros en Mon deco Shop. Os seguiré contando este viaje y os enseñaré más rincones de Tánger… os espero.

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